Los primeros minutos son vitales para reanimar a una persona que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria. Estar en un entorno cardioprotegido, disponer de un desfibrilador y realizar la maniobra de reanimación de manera correcta puede multiplicar la tasa de supervivencia, puesto que la persona afectada puede ser atendida casi inmediatamente mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia (112).

Las cifras ponen de manifiesto la necesidad de cardioproteger nuestros espacios. En Europa una persona muere a causa de una parada cardiorrespiratoria cada 87 segundos, en España cada 23 minutos y en Cataluña cada 140 minutos. La fibrilación ventricular es la causante de cerca del 70% de paros cardíacos: el corazón deja de bombear sangre al resto del cuerpo y desencadena que la persona afectada sufra una pérdida brusca de conciencia. Los desfibriladores emiten un impulso de corriente que posibilita que el corazón vuelva a latir a un ritmo normal y pueda volver a bombear la sangre.

¿Por qué es necesario un DEA?

Un DEA puede salvar vidas, la clave es el tiempo de reacción: realizar una RCP (Reanimación Cardiopulmonar) correcta y disponer de un desfibrilador hace que las posibilidades de supervivencia lleguen a un 60%. Por ello, la implicación y responsabilidad colectiva son esenciales.

¿Cuál es la misión de Cardio Protect Point?

Solo el 15% de las personas que sufren una parada cardiorrespiratoria en un espacio no cardioprotegido o lejos de un centro médico sobreviven. Este pequeño porcentaje puede ir aumentando con la creación de más espacios cardioprotegidos que permitan una rápida intervención. Nuestro proyecto pretende concienciar a la sociedad de la importancia de cardioproteger espacios públicos y privados, con esta motivación te ofrecemos el Servicio Integral de Cardioprotección, especialmente diseñado para ti y tus necesidades. Vamos más allá de la instalación del DEA: poniendo toda nuestra experiencia, conocimientos y medios a tu alcance. Formar parte de este gran proyecto significa implicarte con nosotros, con personas dispuestas a salvar vidas.

Impliquémonos para que nuestros clubes deportivos, residencias para la tercera edad, teatros, auditorios, estaciones de autobuses, metro y tren, medios de transporte públicos, cines, centros comerciales, pequeñas y medianas empresas, farmacias, gimnasios, colegios, institutos, restaurantes, hoteles, campings, asociaciones… se conviertan en espacios seguros, en espacios cardioprotegidos.

Tengamos las herramientas necesarias para ayudar a alguien cuando más lo necesita.