Los primeros minutos son vitales para reanimar a una persona que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria. Estar en un entorno cardioprotegido, disponer de un desfibrilador y realizar la maniobra de reanimación de manera correcta puede multiplicar la tasa de supervivencia, puesto que la persona afectada puede ser atendida casi inmediatamente mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia (112).
Las cifras ponen de manifiesto la necesidad de cardioproteger nuestros espacios. En Europa una persona muere a causa de una parada cardiorrespiratoria cada 87 segundos, en España cada 23 minutos y en Cataluña cada 140 minutos. La fibrilación ventricular es la causante de cerca del 70% de paros cardíacos: el corazón deja de bombear sangre al resto del cuerpo y desencadena que la persona afectada sufra una pérdida brusca de conciencia. Los desfibriladores emiten un impulso de corriente que posibilita que el corazón vuelva a latir a un ritmo normal y pueda volver a bombear la sangre.